Un día estaba Buda caminando por un pueblo. De paso se le acerca un muchacho joven que estaba bastante enfadado… y comenzó a insultarlo. «Usted no tiene derecho a enseñar a otros » gritó. «Usted es tan estúpido como todos los demás. No eres más que una falsificación».
Buda, sabio que es, y al estar consciente de la vida que vivía, pues no estaba molesto por estos insultos. En su lugar, le preguntó al joven «Dígame, si usted compra un regalo para alguien , y esa persona no lo acepta, ¿a quién pertenece el regalo?»
El joven muchacho, se sorprendió que le había hecho una pregunta tan extraña y respondió : «Me pertenecería a mí, porque lo he comprado yo»
El Buda sonrió y dijo: «Estas en lo correcto . Y es exactamente lo mismo con tu ira. Si te enoja conmigo y yo no te insultado, entonces la ira recae sobre ti. Entonces eres el único que se hace desgraciado, yo no. Todo lo que has hecho, es herirte a ti mismo».
«Si quiere dejar de lastimarse, debe deshacerse de su ira y convertirse en amoroso. Cuando odias a los demás, tu mismo te conviertes en infeliz. Pero cuando amas a los demás, todo el mundo es feliz.» – Buda