La muerte, tal y como la concebimos, no existe, sólo es una ilusión”. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado el médico y director de Advanced Cell Technology, Robert Lanza, defensor de la teoría del biocentrismo, en la que se niega que el tiempo o el espacio sean lineales. Para la gran mayoría de científicos este tipo de afirmaciones son sólo sandeces o, al menos, hipótesis indemostrables. Sin embargo, Lanza parece haber encontrado en el famoso experimento de Young, también denominado de la doble rendija (doble-split), el perfecto aliado para defender su tesis. Si con este se logró demostrar la naturaleza ondulatoria de la luz, Lanza pretende hacer lo propio con el espacio y el tiempo.
Lanza utiliza el ejemplo de la forma en que percibimos el mundo que nos rodea. Una persona ve un cielo azul, y se le dice que el color que están viendo es azul, pero las células en el cerebro de una persona podría ser cambiadas para que el cielo pareciese de color verde o rojo.
En un experimento, cuando los científicos ven pasar partículas a través de dos rendijas, la partícula pasa a través de una ranura a la otra. Pero si ninguna persona lo observa, actúan como una onda y puede ir a través de las dos rendijas al mismo tiempo. Esto demuestra que la materia y la energía pueden mostrarse con características de onda o partícula en base a la percepción y la conciencia de una persona. El espacio y el tiempo son meros instrumentos de nuestra mente.