Nuestra galaxia esta en una burbuja cósmica ; Es lo que reclaman científico de Física Teórica en la Universidad de Ginebra. Los estudios indican una región «subdensa» (de baja densidad) que se extiende a una distancia máxima de 40 millones de parsecs (aproximadamente 125 millones de años luz) de nuestro planeta.
La región subdensa a 40 millones de parsecs tiene los mismos valores de densidad galáctica que dentro de los próximos 10 millones de parsecs que se registran en rayos X dando por entender que estamos dentro de una burbuja cósmica. Estos números varían de 0.56 a 0.71 con respecto a la «constante de Hubble».
Existe la tasa de expansión calculada hace décadas por el astrónomo Edwin Hubble basada en el desplazamiento al rojo de docenas de galaxias. De esta manera, la idea de Lombriser pone en tela de juicio esta teoria. La diferencia podría venir de una sobreestimación de cuán denso es nuestro rincón del universo, cree Lombriser, quien es profesor de Física Teórica en la Universidad de Ginebra.
«Sabemos que el universo cercano es altamente no homogéneo», explicó Lombriser.
Como de fiable es la nueva teoria?
Según Lombriser, estas variaciones en la densidad también pueden ocurrir en escalas mucho más grandes, algo que es consistente con la teoría cosmológica estándar. Podemos vivir dentro de una región muy vacía del espacio que comprende una región a lo largo de un radio de alrededor de 40 megaparsecs (aproximadamente 125 millones de años luz) o un diámetro total de 250 millones de años luz.
«Tales regiones son relativamente frecuentes en el cosmos en la teoría cosmológica estándar», explicó el físico suizo.
Medir la velocidad a la que se expande el universo es algo difícil de hacer. Los astrónomos han intentado calcular las distancias a las supernovas para estimar qué tan rápido se está expandiendo el universo, pero los números obtenidos pueden estar algo distorsionados por la estimación incorrecta de la cantidad de materia en nuestro vecindario cósmico.
Con ese fin, Lombriser tiene la esperanza de que campos novedosos como la astronomía de ondas gravitacionales, que mide las ondas en el tejido del espacio-tiempo, puedan ayudar a resolver el misterio. En particular, está interesado en eventos como GW170817, una onda gravitacional detectada el 8 de agosto de 2017, que fue creada por una colisión de estrellas de neutrones. Los científicos rastrearon la señal de onda hasta una galaxia llamada NGC 4993, lo que les permitió capturar también la luz del choque.
«Esto nos permitió conocer no solo la distancia al evento sino también su desplazamiento al rojo, lo que significa que podemos usar esto como una» sirena estándar «que mide la tasa de expansión del cosmos», dijo Lombriser.
«Hasta ahora, GW170817 es nuestra única sirena estándar», agregó. «La galaxia emisora NGC 4993 se encuentra en nuestra burbuja cósmica, por lo tanto, se debe esperar que la tasa de expansión coincida con la medición local en lugar de con la global».
En otras palabras, predice que las ondas gravitacionales de fuentes dentro del radio de 40 megaparsec (dentro de esta supuesta burbuja cósmica) generarán una tasa de expansión similar a la derivada de las supernovas, que podría ser una función de un entorno local relativamente vacío.
Independientemente de la aparicion de nuevas observaciones, resolver las discrepancias en estos valores será esencial para comprender las fuerzas extrañas detrás de las fronteras del universo. La buena noticia es que ahora podemos aprovechar los conocimientos del siglo XX, como Hubble y Albert Einstein, con tecnologías del siglo XXI como detectores de ondas gravitacionales y telescopios ultrasensibles.
«Más observaciones y encuestas ayudarán a mejorar estas estimaciones, pero también se requerirá una mejor comprensión de la distribución de la materia oscura», dijo Lombriser. «Con más eventos de ondas gravitacionales de este tipo, deberíamos poder reducir esta incertidumbre y obtener una mejor medición de nuestra densidad local».