El Valle de Parvati, en la India, es bien conocido por los viajeros occidentales que frecuenta la india por el hachis de flujo libre y fiestas psicodelicas. Al mirar un poco mas alla de la bruma, hay una fuente de leyendas, intrigas y preguntas sin respuesta.
Los viajeros se han sentido atraidos a este pueblo que no tiene mucho mas que ofrecer que una desconeccion del mundo y marijuana que los locales consideran sagrada y extranjeros una forma de liberar sus mentes. – la famosa y premiada crema de Malana. Esta resina de cannabis o hachís es conocida tanto por la técnica de frotamiento manual utilizada para producirla como por sus notables efectos intoxicantes.
La leyenda dice que parte del ejército de Alejandro Magno se refugió en esta aldea aislada en 326 aC después de que resultaron heridos en una batalla contra Porus. Se dice a menudo que estos soldados son los antepasados de la gente de Malani. Se han encontrado artefactos de ese período en el pueblo, como una espada que, según informes, descansa dentro del templo.
En la India, si no se trata de algo en contra de Pakistan, o sobre el Hinduismo – es muy dificil que se le preste atencion.
cualquier indio
No se han realizados estudios genéticos y la población local no tiene ni idea de donde originan estos mitos. Lo que resalta y da razón a la idea son las características físicas notablemente diferentes y su lenguaje, que son diferentes a los de cualquier otra tribu local, lo que se suma al enigma que rodea a los Malanis y su identidad.
Entre estos enigmas resalta su idioma local – El Kanashi, que se considera sagrado y no se enseña a los forasteros, siendo el unico lugar del mundo donde se habla. Pertenece a la familia de lenguas chino-tibetanas, y en todas las aldeas circundantes se hablan las lenguas indo-arias, que no tienen ninguna relación con el Kanashi. Esto plantea preguntas interesantes sobre su prehistoria y su estructura lingüística.
No es facil llegar al pueblo, pero cuando vas acercandote, empiezas a pasar a la gente de Malani, que se distinguía por su cabello castaño claro, ojos castaños claros, narices largas y una clara piel de trigo o dorado parduzco, la mayoría de los cuales visten trajes tradicionales de color marrón claro, y zapatos de cáñamo. Segun relatos, se ven más mediterráneos que Himachali.
Cuidado que si tienes pensado ir a Malani como tu destino fumeta, no es tan agradable como piensas. Hace unos años quizás fuese fácil, pero desde que la juventud empezó a involucrarse en el trafico de marihuana (al ser la única fuente de ingresos) hubieron problemas socio-culturales. Es la razón por la que Jamdagni Rishi – gran sabia en la mitología hindú, decretó a través de su portavoz espiritual (el Gur) que todas las casas de huéspedes del pueblo se cerrarán. Dejando el pueblo abierto a los forasteros solo durante el día.
Se dice que el sistema democrático único de Malana es uno de los más antiguos del mundo y, al igual que el antiguo sistema de democracia de Grecia, consiste en una cámara baja y una cámara alta. Sin embargo, tiene un giro espiritual único: las decisiones finales descansan en la corte superior, que incluye tres figuras importantes, de las cuales una es el representante de la deidad local, Jamdagni Rishi.
El pueblo sin embargo es bonito, aunque a la entrada del templo hay una señal «INR 3.500 – €43.36 Al tocar este lugar sagrado de Jamdagni Rishi». Este signo es una demostración externa de otra tradición que es muy evidente en Malana: una búsqueda para preservar la «pureza» de la aldea. La gente de Himachal Pradesh le dirá que se sabe que los Malanis restringen el contacto con personas externas, particularmente en términos de contacto físico directo.
Es uno de los pueblos mas raros de la región de Himachal Pradesh en el que no te sentirás bienvenido, algo totalmente raro. Y con ello los recuerdo que les guste o no, uno ha de respetar su cultura. Esperemos que un futuro próximo, antes de que se diluya mas la genética, a alguien le de por hacer estudios de genética e identificar la raíz de los cuentos de soldados griegos.